You are here

La isla Catalina brilla como una joya, atrayendo vacacionistas fuera de sus vidas cotidianas.
Por mas de un siglo, esta isla turística de California del Sur ha sido un iman para viajeros de todas partes del mundo. Su impresionante belleza natural, flora y fauna única, es la llamada sirena del oceano Pacifico siendo irresistible para millones de viajeros. La isla Catalina continua ofreciendo un fondo inigualable para una miriada de vacaciones californianas.

La naturaleza pura del interior, las aguas cristalinas del mar y la variedad de aventuras y actividades en la isla Catalina, ofrecen una multitud de opciones para vacaciones y muchas familias, grupos y parejas siguen escogiendo este lugar para visitar por muchas generaciones.

El tiempo de la isla Catalina es siempre espectacular, con temperaturas que raramente bajan menos de los 60 grados suben mas de los 85 grados. El transporte a la isla es muy conveniente; los transbordadores de la isla Catalina estan disponibles desde cuatro puertos y un servicio de helicópteros es disponible desde dos helipuertos.

La historia de la isla Catalina es bastante cautivadora para explorar todo lo que tiene por ofrecer. La isla ha sido habitada por casi 10,000 anos y cada cultura ha dejado su huella en la isla.

• Oriundos insulares
• Exploradores españoles y contrabandistas
• Destinos vacacionales de California del sur

Antes de que la isla se convierta en Santa Catalina, se llamava Pimu, hogar para generaciones de oriundos insulares, quienes forjaron una cultura muy elaborada y una relación comercial prospera con los vecinos del continente. Por mas de 8,000 anos, los oriundos insulares han pescado, han cazado y han recolectado las munificencias, las joyas talladas, los productos utilitarios artesanales de la isla y han desarrollado una operación de cantera de esteatita muy productiva.

La isla Santa Catalina ha recibido el nombre actual en 1602, cuando Sebastian Viscaino, el segundo explorador español ha visitado la isla, ubicándolo en la noche de la festividad religiosa de la Santa Caterina. Durante el apogeo de las misiones, los nativos sufrieron el mismo destino que el de los muchos tribus nativos californianos y Catalina paso los próximo siglos siendo casa para pastores de ovejas, mineros y misioneros. Sus caletas apartadas y los golfos resguardados han sido lugares favoritos para contrabandistas, quienes encontraron esta isla del sur de California como el lugar ideal para evitar detención.

La posesión de Catalina fue trasferida varias veces durante el siglo 19, pero fue George Shatto, el que compro la isla en 1887, el que valoro su potencial. Junto con la familia Banning, el comenzó la transformación de la isla Catalina, haciéndola el paraíso que es hoy en dia. En 1919, la isla fue adquirida por William Wrigley, Jr. El empresario visionario – junto con sus descendientes – crearon este paraíso para vacacionar que hoy conocemos.